La administración municipal liderada por Ernesto Orozco escucha y actúa ante los problemas que manifiestan los vecinos, marcando un nuevo rumbo para la comunidad.
En el corazón del bullicioso barrio Los Mayales, en la ciudad de Valledupar, se erige un encuentro que trasciende lo político para abrazar lo humano. En ese escenario, María del Rosario Felizzola, de 72 años, se convierte en un faro de esperanza entre las sombras de la incertidumbre. Con un gesto amable y una mirada llena de fe, María, a quien cariñosamente llaman Mari, representa la voz de una comunidad ansiosa por ser escuchada.
Ataviada con un vestido rosado que resalta su belleza natural, y acompañada por su fiel compañero canino, Harry, Mari se sienta en la primera fila del parque, observando con gratitud y optimismo a los que han acudido para compartir sus preocupaciones y anhelos. Para ella, este encuentro no sólo representa un acto de participación ciudadana, sino un símbolo tangible de cambio y progreso en su amado barrio.
Con la llegada de la Administración Municipal, esta mujer percibe una transformación palpable en el tejido social de Los Mayales. La presencia menos frecuente de personas afectadas por el flagelo de las drogas en el parque del barrio, gracias a la intervención coordinada entre la administración local, la Policía Nacional, ESTIV (empresa de alumbrado público) y Aseo del Norte, ha devuelto la paz y la seguridad a las calles del sector que ella considera su hogar.
En unas palabras cargadas de gratitud y optimismo, Mari expresa su reconocimiento a la atención brindada por las autoridades locales. Por primera vez en mucho tiempo, siente que su voz y la de sus vecinos son escuchadas y valoradas. La labor conjunta de la Secretaría de Gobierno, bajo la dirección de Jorge Pérez, y las diferentes entidades involucradas, envía un poderoso mensaje de unidad y compromiso: Juntos, es posible construir un futuro más seguro y próspero para todos.
Los Encuentros Comunitarios, que ahora se han convertido en una tradición arraigada en la vida del barrio, representan más que simples reuniones de carácter político; son la manifestación tangible de un liderazgo comprometido con el bienestar y la prosperidad de la comunidad. Con la presencia constante de las entidades y el apoyo continuo de la Alcaldía, vecinos como Mari se sienten acompañados y protegidos en su lucha diaria por un futuro mejor.
En los ojos de María del Rosario resplandece la esperanza renovada de una comunidad que, gracias a la acción decidida de su liderazgo local, vislumbra un horizonte mucho más brillante y prometedor. En cada palabra y gesto, ella encarna la fortaleza y la determinación de un barrio de Valledupar que se resiste a ser definido por sus adversidades, optando en su lugar por abrazar la luz de la esperanza y el cambio.